Francisco de Quevedo y Villegas
Francisco de Quevedo y Villegas fue uno de los poetas, dramaturgo y narrador de la edad de oro más significativo. Nació el año 1580 en Madrid y murió el año 1645 en Villanueva de los Infantes. Provenía de una familia de la baja nobleza. Su padre, Pedro Gómez de Quevedo, trabajó como secretario de la infanta doña María y de la reina doña Ana de Austria. Ana de Santibáñez fue su madre. Ésta fue dama de la reina y de la infanta Isabel Clara Eugenia. Quevedo estudió en Toledo, en el instituto Imperial y en las universidades de Alcalá y Valladolid, donde estudió artes y teología. Entre los años 1601-1606 conoció a Góngora y surgió una gran enemistad entre los dos. El año 1605 aparecen unos poemas suyos publicados por Pedro de Espinosa en “Flores de poetas ilustres”, Entre los años 1606 y 1613 escribe “Sueños”, “España defendida de los tiempos de ahora” y “Lágrimas de Jeremías castellanas”. Más tarde viaja con el Duque de Osuna por Sicilia y Nápoles. En 1620 lo desterraron en su Torre de Juan Abad. En 1634 contrae matrimonio con Esperanza de Mendoza, que murió el año 1641. Debido a las burlas que hacía en sus obras fue atacado por autores contemporáneos suyos como Lope de Vega, el ya mentado anteriormente Góngora, entre otros. El año 1639 coge enemistad con el Conde Duque de Olivares y es encarcelado. El año 1644 se retira a su Torre y muere en Villanueva de los Infantes el año 1645. Su obra
Fue el máximo representante de la corriente conceptista. Cultiva la prosa, el teatro y la poesía. Sus temas tratan desde la burla hasta la meditación sobre la vida y la muerte.
Las características de su obra son: la riqueza temática y expresiva, el esfuerzo que hacía por burlarse de los demás, la mezcla del cultismo con la picaresca, unos recursos lingüísticos muy ricos, como los cambios gramaticales y semánticos, la abundancia de superlativos, parodias sobre hombres, etc. Su obra tenía un carácter moderno ya que utilizaba expresiones raras y delicadas, dejando de lado el uso de la retórica de la época.
Prosa: Quevedo tiene una vasta extensión de obras en prosa. Empezó a escribir a una edad muy temprana. Los primeros libros que escribió son “Las Cartas del Caballero de la Tenaza”, la Premática que este año de 1600 se ordenó” y la “Historia de la vida del Buscón llamado Pablos”.
El buscón es su obra prosística más significativa. Fue editada el año 1626 y de forma fraudulenta. Es una novela picaresca, amena y difícil. Utiliza un lenguaje muy amplio de una forma muy ingeniosa y experimentando con la lengua. Describe de forma caricaturesca la sociedad de la época.
“Los Sueños” fue publicada el año 1627 pero no tuvieron una buena acogida. El año 1631 lo volvió a publicar con el título “Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio”. Son unos diálogos alegórico-burlescos en que toca el tema del desengaño y la diferencia entre la apariencia y la verdad. “El Sueño del Juicio Final” fue la edición definitiva de Sueños.
Poesía: La obra poética, al igual que la prosa, tiene dos caras, la cara seria y la cara burlesca. Las dos caras reflejan la frustración y el pesimismo vital que le caracterizan. Su poesía es de estilo conceptista. Con este estilo se opone a la escritura de Góngora, aunque también sea una expresión de su personalidad. Utiliza recursos como los juegos de palabras, la hipérbole o la animalización caricaturesca. Uno de sus poemas más conocidos es “Amor más allá de la muerte”, el cuál comentaré más adelante. “A una nariz” es uno de sus poemas burlescos. También son muy importantes su “oda al sueño”, “letrillas llenas de donaire”, “jácaras o canciones de malevaje” y sus “sonetos eternos”.
Teatro: el teatro no fue su estilo más cultivado. Se le atribuyen varias obras, de carácter satírico. Las más importantes son “Cómo ha de ser un privado” y “Pero Vázquez de Escamilla”. Su teatro carece de humanidad, ya que los personajes parecen muñecos.